domingo, 9 de febrero de 2014

A favor de la inocencia, en contra de la culpabilidad

No. No me he molestado en ver o leer las declaraciones de la Hinfanta. No me interesa toda la polémica en torno a la rampa esa que tenía que subir o bajar o lo que fuera, ni cómo pensaba hacerlo, ni como lo hizo finalmente.

«¿Pero por qué, Pepito, por qué?» me preguntáis muchos. «¿Acaso no te conmueve esta injusticia manifiesta, acaso no es para ti el destino de los miembros de las élites lo más importante?». Pues claro que me conmueve joder, lo que pasa es que yo ya sé de antemano —como lo saben los abogados, los fiscales defensores, los de Hacienda y hasta el juez— que esta tía es inocente. O mejor dicho, que es irrelevante si es inocente o no. Lo que de verdad importa es que es miembro —aunque no en todas las acepciones del término jua JUA JUAAAAA ! ! !— de una élite a la que nos debemos y que por tanto tiene que ser absuelta sí o sí.

En cuanto al juez más le valdría centrarse en los problemas reales de la sociedad, como los insufribles escraches, los desahucios frustrados que causan pérdidas a entidades bancarias y fondos de inversión, la kale borrroka, las privatizaciones echadas a perder por los viles intereses particulares de miles de privilegiados etc etc.

CON LA HINFANTA

CON LA CASA REAL

CON LA KONSTITUZIÓN

CON LAS ELÉCTRIKAS

CON EL PP

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